La Sociedad Digital exige redes de telecomunicaciones cada vez más potentes que impulsen tanto la conectividad de todas las personas, como que den cobertura a los nuevos avances tecnológicos como el Big Data, la Inteligencia Artificial o Internet de las Cosas.
La banda ancha fomenta el despliegue ordenado, coordinado y eficiente de redes de nueva generación que hacen posible la disponibilidad de conexiones rápidas y ultrarrápidas de acceso. Se obtienen mayores velocidades a grandes distancias y permite acceder no solo a un servicio, sino tener varios al tiempo en el mismo lugar.
La fibra óptica permite el despliegue sobre zonas extensas, garantizando anchos de banda muy importantes, así como una gran potencia. Una vez se ha desplegado la fibra óptica hasta el punto de entrega del servicio, el usuario final dispone de conectividad tanto a través de conexiones físicas como inalámbricas.